Las metodologías activas parecen fáciles de definir, pero no ocurre lo mismo cuando intentamos llevarlas a la práctica, es en ese momento que la tarea se complejiza. Es muy difícil de dejar a un lado la tradición educativa para intentar poner en un lugar diferente cada elemento que interviene en el aula. Cabe preguntarse si son estas metodologías verdaderas instancias de innovación educativa.
Empecemos acordando que las metodologías activas son todas aquellas que ponen en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje a los estudiantes, sacándole protagonismo al docente como portador y guardián del conocimiento. De esta forma se espera que el estudiante tome un rol activo en su aprendizaje y que el docente guie, acompañe y dé los andamiajes necesarios para que cada estudiante logre sus objetivos de aprendizaje.
Un elemento muy importante a este respecto es el entorno de aprendizaje que se transforma en real, con planteamientos que tocan la vida de los estudiantes, de sus intereses, lo que genera que el estudiante tenga motivación extra para involucrarse. Además, esta cuota de realidad permite que las competencias tomen mayor protagonismo. Y a la vez se utilicen herramientas reales para resolver diversas situaciones que finalmente se transforma en aprendizaje significativo, útil para el desarrollo humano.
Para terminar esta definición, no me quiero olvidar del mayor aporte, a mi parecer, que estas ofrecen, el trabajo cooperativo, el trabajo con el otro en pos de un objetivo común. Esto hace necesario que el estudiante aborde las siguientes habilidades que les serán de gran apoyo para su desarrollo personal y profesional.
- Conocer qué tengo para aportar al grupo y en qué necesito ayuda y el conocimiento de los demás.
- Fijar roles, criterios, pautas y normas de trabajo.
- Tomar responsabilidades.
- Tener habilidades comunicativas.
Para los docentes el desafío está en pensar propuestas más reales y creativas, lo cual es más sencillo cuando se trabaja con un colega. Esto posibilita presentar el conocimiento de forma más unificada y no compartimentada como es característico en la educación secundaria. También será un reto diseñar y evaluar con estas metodologías porque ya el contenido deja de ser un fin en sí mismo y hay que pensar instrumentos de evaluación diversos (auto, co y heteroevaluación) y que “midan” habilidades y competencias.
Veamos ahora algunos ejemplos que son los que he experimentado en mis clases:
- Aprendizaje basado en proyectos también llamado enseñanza basada en proyectos.
En esta metodología se desafía a un pequeño grupo de estudiantes (4-6) a desarrollar un proyecto que les permita ampliar las competencias requeridas y adquirir los contenidos vinculados a las mismas. Cuanto más real y motivador para el estudiante sea el proyecto mejor será el efecto de este.
- Aula invertida (Flipped classroom)
Supone que el tiempo teórico que se debe invertir al iniciar el estudio de un tema se dé en soledad, es decir, que el estudiante deberá hacer un primer avance en casa y dedicar el tiempo del aula para preguntar, experimentar y ejercitar. De esta forma el tiempo de aula se optimiza. Ver más de este tema en: https://lenguayalgomas.com/2020/11/22/educacion-en-tiempo-de-pandemia/
- Aprendizaje basado en problemas.
Este parte de una pregunta que servirá de disparador para procesos de investigación, recolección de datos e interpretación de los mismo hasta llegar a una respuesta acertada a la pregunta inicial. Se basa principalmente en la indagación y la resolución de problemas. Al igual que en el aprendizaje basado en proyectos cuanto más cercano sea a los intereses de los estudiantes permitirá mejor motivación de estos.
- Gamificación o ludificación
Implica incluir en las prácticas docentes algunas características de los juegos (premios, niveles, jerarquía y reconocimiento, etc.) acercándonos a los intereses de los estudiantes. Ver más de este tema en: https://lenguayalgomas.com/2020/12/16/gamificacion-que-es-y-como-inicio/
- Aprendizaje cooperativo
En este caso se trabaja con equipos reducidos (3-6) donde cada integrante debe tener un único rol y juntos deberán lograr los objetivos planteados. El objetivo final es siempre común y se va a lograr si cada uno de los miembros realiza con éxito sus tareas.
Estas no son las únicas metodologías activas, pero son las más conocidas, todas tienen en común que se basan en un enfoque por competencias. Esto puede suponer un problema para los docentes que son “guardianes” de la vieja escuela, es decir, los guardianes del conocimiento en si mismo. Pensando en ellos me gustaría comentar que las competencias no se enseñan por sí solas, estas están al servicio de los contenidos y no son sus rivales. Sin los contenidos no se puede trabajar en competencias.
Otro desafío que nos da estas metodologías es la necesidad de trabajar la evaluación no tradicional y sumergirnos en la evaluación de productos elaborados de forma grupal en muchos casos, pero atendiendo la evaluación de cada estudiante en particular.
Para responder a la pregunta inicial de estas líneas he de decir que no, no creo que las metodologías activas sean innovación educativa en la actualidad. Estas metodologías tuvieron su origen a fines de siglo XIX con la Nueva Escuela y en ese momento si debieron ser consideradas innovación cuando postularon que el niño debía ser el centro de la educación y se diferenciaron de la escuela tradicional. Seguir hoy en día diciendo que eso es innovación después de tantos años hace perder el significado real del término.
Que se siga considerando por muchos, innovación a las metodologías activas, me hace preguntar: ¿Qué beneficios nos ofrece la educación tradicional? ¿Por qué no podemos abandonarla a pesar de tener metodologías más efectivas e interesantes para nuestras aulas?
Enlaces de interés:
http://www3.uah.es/encuentrojournal/index.php/encuentro/article/download/2/2
https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/metodologias-activas-en-el-aula-cual-escoger/
Lengua y Algo Más 
Un comentario en “¿Qué son las metodologías activas? ¿Son procesos de innovación educativa?”